LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS

Título: La soledad de los números primos.

Autor: Paolo Giordano

Sinopsis:
Como introducción a esta excepcional novela, dejemos al texto hablar por sí mismo: «En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.»

Esta bella metáfora es la clave de la dolorosa y conmovedora historia de Alice y Mattia. Una mañana fría, de niebla espesa, Alice sufre un grave accidente de esquí. Si la firmeza y madurez con que este joven autor desarrolla el tono narrativo impresiona y sorprende, no menos admirable es su valor es su valor para asomarse sin complejos, nada más y nada menos, a la esencia de la soledad.


Libro (reseña):
Alice es una chica que en el pasado estuvo apuntada a clases de esquí por obligación de su padre y un día le pasó algo malo… no diré que es porque se descubre bastante tarde y no quiero poner spoliers.

Ahora tiene 15 años y tiene los típicos caprichos de adolescente, quiere ser perfecta, como Viola, la chica más popular del instituto que se inventa sus fines de semana, aunque ellas no lo saben.

Quiere ser perfecta y por ello no come todo lo que le ponen y quiere hacerse un tatuaje como el de Viola.

Un día Viola se le acerca con su grupito de amigas y le da un caramelo, pobre caramelo que parecía inofensivo, antes de que Alice lo cogiera lo restregó por toda la suciedad que pudiera haber en el cuarto de baño y después se lo entregó.

Y claro, la pobre Alice se lo tuvo que comer o se tendría que atender a las consecuencias, que para ella es peor que comerse ese caramelo, pero yo no me lo habría comido, ¡que asquito!

Pero al día siguiente aparece Viola y se queda con ella como si fueran tan amigas y hasta la invita a una fiesta, donde tendrá que liarse con algún chico que van a elegir del colegio.

Así que cuando ve a Mattia (después os hablaré de él) le dice a Viola que ese no está mal y Viola lo invita pero él no acepta.

Por otro lado tenemos a Mattia, que de pequeño tuvo una hermana gemela llamada Michella, ¿porqué tenía? Pues porque la tenía antes. Su hermana tenía un gran grado de discapacidad y se podría decir que era la tontita de la clase y a Mattia siempre le tocaba estar con ella y ser marginado junto a ella.

Un día un chico de su clase los invitó a su cumpleaños, más por obligación que por otra cosa y, como Mattia no quería ir con su hermana, la dejó en un parque y le dijo que esperara hasta que llegara, pero ¿qué pasó? Pues que cuando llegó no estaba y no la volvió a ver.

Ahora es más grande, de la edad de Alice, saca muy buenas notas y acaba de cambiar de colegio, pero es bastante suicida porque al chico le atrae hincarse cosas puntiagudas y hacerse daño, por eso está lleno de cicatrices.

El día en que le invitan a la fiesta se niega rotundamente, ya que eso ahora no le va, pero cuando llega a la casa escucha a sus padres a escondidas preocupados por él porque no tiene amigos, no sale y eso es muy extraño en un chico de su edad, así que en ese momento decide que irá a la fiesta.

Desde ese momento van juntos, acompañándose en la soledad, pero aún así estando solos. Intentarán buscar los mejor para su vida, pero para ello hay que hacer sacrificios y a veces las cosas no salen como quieres…



La soledad de los números primos es un libro que está bien, habla de la dura vida que han tenido estos dos personajes y algunos secundarios, cada personaje tiene su “cosilla” y eso me gustó, cada uno es un mundo, con sus inquietudes y secretos.

Es un libro triste, duro, con unos personajes que están hundidos en un pozo de tristeza. El autor se introduce sobre todo en los sentimientos de los personajes y la tristeza que se ve en cada acto que tienen.

Es un buen libro que recomiendo, no había leído ninguna reseña de él y no sabía que existiera, pero lo encontré en la biblioteca y me dio por leerlo.

No es un libro que enganche, simplemente expone el dolor que sienten las personas, la tristeza, cuando uno se ve solo y no hay nadie quien le ayude, nadie con quien poder contar.

Es un libro lleno de dolor, de unas vidas que andan en la cuerda floja tras el horrible pasado de cada uno.
Es real, siguiendo el dolor de la vida. Los personajes a veces me han parecido un poquito cortos, sobre todo Mattia, que parecía un perrillo, le decía “ven” y él iba, quisiera o no porque es lo adecuado.

Y desde luego se nota que el autor es físico porque Mattia salía con cada cosa de que si las gotas de agua, los números primos… ¡Vivan las mates! O la física xD

El final… la verdad es que más o menos lo esperaba tal y como iba el libro, pero hubiera preferido otra cosa. Vaya, que hubiera cambiado unas cuantas cositas del libro, pero se asemeja a la realidad y eso tiene que incluirlo todo, además me dejó con una intriba...
En definitiva es un libro triste, amargo, duro… y que merece ser leido

Puntuación: (7)

1/2